por Halina Gutiérrez Mariscal, Luis Fernando Granados y Fernando Pérez Montesinos *
Que quieran privatizar la industria de los hidrocarburos es una cosa. Hace tiempo que es evidente para quien quiera ver y escuchar las palabras de los ideólogos del régimen que reforma es un eufemismo para decir “privatización”. Pero que mientan para convencernos de su propósito es un asunto enteramente distinto, pues la mentira es un insulto a nuestra inteligencia. Un insulto. Quizá lo único bueno es que la mentira también ha revelado una vez más la insuficiencia del argumento privatizador y hace manifiesta una actitud culposa por parte de sus abogados.
Ayer, a la hora de presentar su “reforma energética”, Enrique Peña Nieto mintió con todos los dientes. No es que haya dicho una verdad a medias o que haya interpretado los hechos según su interés político. No. Simple y sencillamente intentó engañarnos. Al menos respecto de un…
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